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  • David Boix

¿CUANDO COMENZAR UNA TERAPIA? Recomendaciones para las familias


Hoy quiero escribir sobre este tema, que suele generar dudas a los progenitores cuando existe una situación problemática en el seno familiar.


Igual que una luz insistente en el panel de instrumentos de un vehículo nos indica que ocurre algo a lo que debemos atender y buscar solución, hay señales dentro de la familia que nos muestran una realidad insistente que demanda algún remedio.


Una situación que se repite frecuentemente, que genera incomodidad o malestar y para la cual no encontramos respuesta, es precisamente aquella que necesita una solución urgente porque se agravará con el paso del tiempo. Su reiteración y el malestar emocional que es una señal de alarma que nos muestra la presencia de una dificultad a la que debemos atender con urgencia.


Es decir, aquellas situaciones repetitivas, que ya has tratado de solucionar sin resultado o que simplemente no sabes cómo arreglar, son las candidatas ideales para buscar ayuda. Suelo hablar en estos casos de las tres R: la Repetición de una situación, llama a la Reparación y a la Resolución.


Es importante saber que cuanto más tiempo pasa más crónico se vuelve un problema y más cuesta de ser tratado. Algunos progenitores pensaron que el tiempo lo arreglaría, pero son las acciones y las reparaciones las que producen cambios. En mi experiencia con las familias he podido observar problemas que se arrastran durante años y que de haberse atendido antes hubiesen ahorrado muchos sufrimientos.


No es un fracaso pedir ayuda, hemos crecido y prosperamos en la vida gracias a la ayuda de otros. De igual modo ayudamos a los demás de distintas maneras. De la misma manera que pedimos ayuda para resolver problemas de salud físicos lo podemos hacer para solucionar problemas de salud emocionales. Es señal de inteligencia querer resolver los problemas buscando los medios necesarios para ello.


TERAPIA: PARA QUÉ


La ayuda de alguien externo a la familia ayuda a ver el problema con más perspectiva y distancia, ya que los que se hallan inmersos en él no disponen en ocasiones de la tranquilidad ni de la visión de conjunto que requiere la situación. El Psicólogo, ayuda a conocer y reconocer lo que está pasando. Orienta, aconseja y apoya para encontrar las soluciones.


Con lxs niñxs crea un tipo de relación diferente a la que está habituado, una relación que permite la confianza necesaria para la colaboración. Le ayuda a conocerse, a comprender lo que está haciendo y sintiendo. Luego empiezan a hacer cosas diferentes, creativas y más ajustadas, que le ayudan a responder mejor a su entorno, a relacionarse de manera más saludable con él.


A los padres les ayuda a ser más conscientes de su contribución a la situación. También de cómo pueden cooperar para solucionar el problema. Les apoya para que puedan ser más creativos y superen las dificultades.


Así, padres, niñxs y psicoterapeuta forman un equipo que trabaja en la misma dirección: la de crear unas condiciones favorables para superar las dificultades y relacionarse mejor.

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